5 de noviembre de 2008

"Barry Lyndon". Un indispensable más de Kubrick.

Ayer volví a ver Barry Lyndon por sexta o séptima vez. A pesar de ser de las películas de Kubrick que menos ha visto el público general, considero que es una oda a la fotografía, a la pintura, a los decorados, al vestuario...,en definitiva, una oda a los ojos del buen espectador. También a los oídos (por la música), porque si hablamos del doblaje a Ryan O'Neal interpretando a Redmond Barry-> Barry Lyndon, hace daño a los oídos; con esa voz no se puede ser valiente ni batirte en duelo con nadie. Recomiendo exhaustivamente ver esta película en versión original subtitulada. Tampoco es que Ryan O'Neal tenga una voz a lo Constantino Romero, pero por lo menos te crees más su papel.

A nivel técnico es perfecta (siempre que algo me gusta hablo de ello con pasión); otros dirían que roza la perfección, pero bueno...

Hablando un poco de la fotografía, decir que se fabricaron unas cámaras con ópticas especiales exclusivas para este film resultando de ello la mejor de las fotografías que he visto en cine (con Óscar incluido). Los planos son como cuadros pintados por pintores del siglo XVIII. Gran cantidad de secuencias comienzan con un plano cerrado (le llamaré cuadro 1); ese plano se va abriendo en zoom out hasta convertirse en un plano general (le llamaré cuadro 2). De hecho, en esos planos con zoom prácticamente no hay acción de personajes, lo que les da más parecido a cuadros de la época. En algunas secuencias sí que han sido utilizados cuadros reales, pero con la óptica novedosa dan la sensación de que los personajes y los cuadros están en un mismo plano. Destacaré que esta película fue rodada sin hacer uso alguno de iluminación artificial. Todo la luz que aparece en el film es natural; por supuesto la luz de las velas, es luz de las velas, pero sin ningún añadido. La luz de Barry Lyndon es tan real y natural que te da la sensación de que el televisor no es más que una ventana a través de la cual está sucediendo la historia; igual me he puesto demasiado poético, pero ya os he dicho antes que suelo hablar desde la pasión.

La película fue rodada en Irlanda (esos campos verdes verdes no se encuentran en otro lugar más que en Irlanda), lo que dio algún que otro problema de rodaje, ya que el IRA atentó contra Kubrick debido a que sobre campos de Irlanda se ve un buen montón de soldados ingleses. Cine es cine, historia es historia y política es política. Entiendo la ofensa pero no creo que Kubrick pensara que con ello los estaba provocando.

La música también consiguió un Óscar a la mejor banda sonora adaptada; son temas clásicos (Haendel, Schubert, Mozart, Vivaldi, Bach) y temas tradicionales irlandeses (Women of Ireland...) Alguna que otra marcha militar, como British Grenadiers (Granaderos Británicos) o Liliburlero, etc...Nunca mejor dicho esta banda sonora es "música para mis oídos". Además, cabe decir que para que una banda sonora adaptada (es decir, que ya existía antes de le película) gane premios, creo que dice mucho. No es lo mismo crear música original para una determinada película que saber elegir perfectamente qué temas, ya existentes, van a surgir en cada uno de los momentos del film.

En cuanto al guión, se trata de la adaptación de la novela del mismo nombre de Thackeray. Trata las suertes y desgracias vividas por Redmond Barry hasta convertirse en Barry Lyndon y de las suertes y desgracias de Barry Lyndon hasta convertirse en un ser despreciable; todo ello con la Guerra de los Siete Años como telón de fondo. Tiene una duración de cerca 3 horas. Podría llegar a hacerse espesita si no se sabe disfrutar de todo lo que la rodea: fotografía espectacular, música cojonuda, dirección artística buenísima, vestuario, maquillaje, peluquería...
El único contra que le saco yo a esta película es el doblaje del pobre Ryan O'Neal, quizá la interpretación del mismo deja un poco que desear. Se barajó para interpretar a Barry Lyndon entre el propio Ryan O´Neal, Malcolm MacDowell (el gran Alex de La Naranja Mecánica) o Robert Redford, pero al final se optó, en contra de Kubrick, por Ryan O'Neal, de limitadas cualidades interpretativas, pero que acababa de obtener gran éxito comercial con Love Story; vamos, que tenía tirón.
A mi juicio, es una película recomendable, recomendable. Poca gente (al menos de los que me rodean) la ha visto o ni siquiera sabe que es de Kubrick, pero pienso que es una obra indispensable dentro de la filmografía indispensable de Kubrick.