10 de marzo de 2012

"La invención de Hugo". Homenaje al cine por el cine.

Scorsese hace lo que quería hacer hace mucho tiempo...un homenaje al cine y, también, un homenaje a sí mismo. Además de ser un gran cineasta es el presidente de The Film Foundation, fundación no lucrativa que se dedica a la preservación de material fílmico en deterioro. Además es también un cinéfilo compulsivo desde la niñez contando en su poder con una extensa filmoteca en 35mm de grandes clásicos.

Scorsese se ha salido de sus moldes para llevar a cabo este proyecto que es el más paratodoslospúblicos de todas sus obras; además lo ha hecho también y, por primera vez en su carrera, en el ya muy recurrido 3D. Con esto demuestra que no es sólo un amante del cine en sí, sino que también quiere avanzar en la misma medida en la que lo hace el arte del celuloide.


"La invención de Hugo" es grandiosa en cuanto a técnica se refiere, pero algo floja en guión; no por tratarse de un guión infantiloide sobre libro de Brian Selznick, sino por algunas situaciones y/o diálogos que, a mi parecer, sobran un poco. Lo siento por Asa Butterfield (Hugo en la película), pero no creo que haya sido el mejor en el casting para protagonizar a Hugo; sus lágrimas y sus caras no me las acabo de creer...No se trata de un ejercicio de crucifixión de este niño-actor ya que ni siquiera he visto sus anteriores trabajos ("El niño con el pijama de rayas" "El hombre lobo"...). Para gustos colores.

El comienzo tiene un espectacular seguimiento en plano-secuencia de Hugo que es digno de destacar...Parece que lo sigas tú y no la cámara...Pero, sin duda alguna, lo mejor de la película es la escenografía; hace que te sumerjas en el París de finales de los años 30 sin ninguna nota discordante ni anacrónica. Genial. También el homenaje que hace a los comienzos del cine, concretamente al cineasta-mago George Mélies, con planos que emocionan de verdad. Porque estamos acostumbrados al cine, a la televisión y miles de medios más, pero lo que debió de vivir la gente con el invento del cinematógrafo hace más de 100 años debió ser una auténtica revolución. De hecho así fue y de hecho así se convirtió también en un negocio; pero gracias a cineastas como por ejemplo Scorsese, recordamos que este "séptimo" arte es eso, un arte que, aunque vaya cogida de la mano del negocio, no olvidamos que nos hace vibrar y nos sigue emocionando como a la gente que se sobresaltó al ver que el tren "lumierano" se les acercaba. De eso hace la friolera de 117 años.


En definitiva, es un film que entretiene, a veces aburre y, a veces, emociona a partes iguales. Digno de ver aunque solo sea una vez en la vida. En técnica, un 8'5 sobre 10 y, en lo demás, 5'5 sobre 10.

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