Tras haber visto, sufrido y disfrutado las tres partes de la trilogía sobre la venganza de Park Chan-wook, considero a ésta, su primera parte, la más floja pero, no por ello, prescindible, ni mucho menos. Al fin y al cabo es la que llevó a completar la trilogía con "Oldboy" y "Sympathy for Lady Vengeance". Tres películas sin ningún nexo de unión salvo el afán de venganza que empapa a sus protagonistas.
Una puesta en escena atrevida. Chan-wook coloca la cámara en plano angular y delante de ella pasan cosas, todas ellas necesarias. Nada es gratuito. Un guión algo menos elaborado que en sus dos posteriores "venganzas" pero muy bien hilado. La dirección de actores así como su interpretación están a la altura del guión. No pierdas de vista y, mucho menos de oído, a la música, la cual colabora en nuestra inmersión en un mundo de venganza.
El título de la cinta no puede ser más acertado. Chan-wook consigue que te identifiques con todos y cada uno de los personajes que en determinado momento están fraguando sus venganzas. Les entiendes aunque posiblemente no tendrías el valor, pero quisieras tenerlo, de actuar como ellos.
En definitiva y, como ya he dicho, no importa el orden en que veas cada una de las partes de esta trilogía; de hecho yo, no he visto ninguna en su verdadero orden (fecha de estreno), pero es casi inevitable que si ves una, la que sea, te entren ganas de disfrutar de las otras dos. Al menos ese ha sido mi caso. En poco más de un mes, las he devorado.
Irremediablemente habrá detractores de Chan-wook, por su dureza visual y moral, pero lo que no cabe duda es de que es ese tipo de cine que pase el tiempo que pase no te lo puedes quitar de encima. Y ese tipo de cine me gusta. Un 7'5 sobre 10.
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