Desde que ví "Terminator 2" no pensaba que fuera a ver efectos especiales tan alucinantes como los que vi en esa cinta de James Cameron. Evidentemente estaba equivocado, luego aparecieron "Matrix", "El Señor de los anillos", "Kung Fu Sion", "La casa de las dagas voladoras", "Tigre y Dragón" y, con Tarsem Singh, director de "La celda", "The Fall: El sueño de Alexandria", "Immortals" y "Mirror Mirror", accedemos a otra dimensión de los efectos visuales. Su cine es, ante todo, visual. Y es que este director indio, antes de debutar en el cine con "La celda" junto a Jennifer López, ha sido director de vídeos musicales y de anuncios comerciales, muchos de ellos premiados (Nike, Pepsi, Nissan...). De esta manera no es de extrañar que sus películas tengan un ritmo y un montaje trepidante así como unos efectos que hacen que tus ojos salten de alegría.
Concretamente "Immortals" es poesía visual. Una película más de dioses y hombres, de mitología, de batallas cuerpo a cuerpo que merece ser vista por la estética, las coreografías y, sobre todo, por los efectos. No es cine de culto, pero, aunque una película de este tipo es difícil catalogarla de autor, en mi opinión lo es. Cine de Tarsem Singh. Es quizás la película donde queda más que justificado que haya sido rodada en 3D. No la he visto en este sistema tan de moda, pero me la he imaginado y debe ser espectacular.
A nivel interpretativo nos encontramos con un Mickey Rourke que hace tiempo que perdió el sex appeal de "Nueve semanas y media" o "El corazón del ángel" pero que sigue en activo y dando, a veces, grandes frutos como "Sin city" o "El luchador"; junto a él nos encontramos al poco conocido cuerpazo llamado Henry Cavill en el papel protagonista de Teseo, a una guapa Freida Pinto ("Slumdog millionaire", "Conocerás al hombre de tus sueños"...) que se come la cámara con sus apariciones, a un John Hurt ("Alien el octavo pasajero", "El expreso de medianoche" -entre más de sus cien películas-) siempre notable y a un Stephen Dorf al que le había perdido la pista.
Si queréis pasar un rato alucinando con lo que estáis viendo, repito, viendo, es muy recomendable. Si queréis ver una película que te haga pensar, reír, llorar..., quizás no sea la más adecuada. Un 7 sobre 10.