Una película a la italiana. Anna es madre de dos niños, Bruno y Valeria y está casada con un hombre que no la merece. En 1971 es coronada como la mamá más bella en un balneario de Livorno. Un hecho que podría perecer simpático en un primer momento se convierte en el punto de partida de la desestructuración de una familia. Aunque Anna (Micaela Ramazzotti) es la protagonista de la historia, así como del título de la misma y hace un papel más que correcto, el actor que interpreta a su hijo Bruno, Valerio Mastandre, merece más reconocimiento. Es el que pone la nota más cómica en la película.
Un film que habla del reencuentro y reconciliación de una familia, que aunque nadie soporta a nadie, al fin y al cabo se quieren como familia que son.
Del director, Paolo Virzi, marido en la vida real de Micaela Ramazzotti, decir que es notable, sabe en qué momento debe dotar a la película de comicidad, de drama o de amor (a una madre).
En definitiva se trata de una película amable de ver pero que no dejará marca en la memoria de un espectador notable. Un 6 sobre 10.
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