25 de febrero de 2013

"Si quiero silbar, silbo". Y se acabó.

Si has tenido una infancia difícil y estás entre rejas, el simple hecho de tomarse un café con una chica puede llegar a convertirse en el deseo más anhelado.

Con una asombrosa interpretación del joven George Pistereanu (nominado a mejor actor en los Premios del Cine Europeo de 2010), que te coge de la mano para adentrarte en el laberinto emocional que atraviesa. "Si quiero silbar, silbo" se abandera como lema de todo aquel que, a pesar de estar encerrado entre cuatro rejas, se sienta dueño de sí mismo, así como de sus acciones.

La narración sufre un giro (algo esperado, por lo que igual no debería llamarlo giro) pasado el hemisferio del metraje, del drama social se pasa al thriller. La segunda parte no hace más que sumar puntos al total del filme pero, sobretodo, insisto, la interpretación de Pistereanu.

Un buen drama del cine social rumano. Un 7 sobre 10.

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