Nicholas Barclay, un niño de trece años desaparece la tarde de 1994 sin dejar rastro. Tres años más tarde reciben una llamada. Nicholas está vivo y ha ido a parar a Linares (España). ¿Cómo es posible que en tan sólo tres años Nicholas ya no sea rubio, sino moreno?, ¿por qué sus ojos ya no son azules?...Incógnitas que se despejan durante los diez primeros minutos del documental. No pretendo desmigar nada, es más, aun sabiendo la verdad, conforme avanza la historia tu perplejidad va en aumento. Lo escalofriante es que la ficción se ha visto vapuleada por la propia realidad, una realidad que se escapa al entendimiento medio.
No soy muy amigo de que la recreación de los hechos formen parte de un documental, pero en este caso están más que justificadas. Se entremezclan con declaraciones del propio Nicholas Barclay, de familiares, psicólogos, detectives, imágenes de archivo...; todo ello con una acertadísima utilización del montaje visual y sonoro.
Si Patricia Highsmith levantara la cabeza podría ponerle cara al Tom Ripley de sus novelas, un camaleón al que el hecho de que le hayan robado su infancia no justifica sus acciones. Pincha aquí. Cada línea da más escalofríos que la anterior.
Excelente debut de Bart Layton el que supone otro gran documental de la factoría Reino Unido. Un 8 sobre 10.