Anna Franziska Jaeger es Karo, hija de una pareja hippie que se traslada de Bélgica a una comuna hippie en Amsterdam. Si Karo lleva todo el peso de la historia es por el gran trabajo de Jaeger y porque, al fin y al cabo, está contada desde el punto de vista infantil. Una niña que mira a los ojos al estilo de vida de sus padres y de los demás integrantes de la comuna, una vida llena de utopías que marcó a toda un generación en la década de los 70.
El amor libre, el todo es de todos, el movimiento okupa, el ser anti-sistema...; sólo la natación la separa por un rato de esa forma de vida. Ella ha nacido y crecido en ese ambiente. Se siente como un pequeño puercoespín que ella misma mete en el congelador pensando que no moriría.
Con planos de verdadera belleza, la cámara se pone sobre los hombros de Karo haciéndote parte integrante de la comuna. Bonita moraleja. Un 6'5 sobre 10.
El amor libre, el todo es de todos, el movimiento okupa, el ser anti-sistema...; sólo la natación la separa por un rato de esa forma de vida. Ella ha nacido y crecido en ese ambiente. Se siente como un pequeño puercoespín que ella misma mete en el congelador pensando que no moriría.
Con planos de verdadera belleza, la cámara se pone sobre los hombros de Karo haciéndote parte integrante de la comuna. Bonita moraleja. Un 6'5 sobre 10.
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