29 de mayo de 2013

"El molino y la cruz". Proeza visual.

En este lienzo cinematográfico podemos encontrarnos con una historia atractiva o no, pero la forma en que se nos presenta podría a ser más protagonista que cualquier otra cosa o persona. 

Lech Majewski decidió con mucho atrevimiento llevar al cine una pintura, concretamente "La procesión al Calvario" del artista flamenco Pieter Bruegel (Bruegel el Viejo). Combinando la pintura con efectos digitales muy avanzados, los personajes van desfilando de una parte a otra del lienzo. La película es el resultado de años de trabajos e investigaciones de la obra de Bruegel..., de cómo gestó su cuadro, de qué le llevó a pintarlo y de cómo casi 500 años después esa obra sigue expuesta en un museo de Viena. Leído esto no parece ser la mejor presentación de una película pero créanme, vale mucho la pena.

Si Kubrick ya nos maravilló hace casi cuarenta años con "Barry Lyndon" y su empleo de planos que bien podrían haber sido verdaderas obras de arte, ahora Majewsky lo consigue gracias al mundo digital y a la osadía de llevar a cabo el proyecto.

Se trata de un film de esos en los que la proeza visual va mucho más allá de lo que se nos cuenta, algo similar a lo que ocurre con el cine de Tarsem Singh o "El árbol de la vida" de Terrence Malick. Las imágenes te atrapan tanto que te sacan de la historia y te arrastran hasta el final.

Relájate, siéntate y disfruta de un viaje visual. Un 7,5 sobre 10.

No hay comentarios: