Hacía tiempo que no buceaba por el cine documental y con qué grata sorpresa me he encontrado.
Un documental sueco en el que se nos cuenta la historia de dos fans sudafricanos que se resignan a la idea de que un artista de Detroit llamado Rodríguez se había esfumado hasta el punto de que corrían rumores de un supuesto suicidio encima del escenario. Todo porque a pesar de grabar dos discos, no consiguió el éxito esperado; al menos no a nivel local, porque uno de sus discos llegó a parar a Sudáfrica en la época del apartheid donde comenzó a distribuirse (gracias al pirateo) hasta llegar a convertirse en un referente musical y en un símbolo de la libertad.
El resto de la historia merece ser visto por tratarse de un ejemplo de tenacidad y esperanza a la vez de presentarte a un artista de los 60 que nunca debió pasar desapercibido; parece que eligió su otro camino en el que las piedras resultan ser más fastidiosas pero el destino mucho más sencillo. No olvidéis su nombre. El es "Sixto" Rodríguez. Un 8 sobre 10.
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