Tesis sobre cómo un hecho en tu infancia puede degradar tanto al ser humano.
Thomas Vinterberg nos cuenta de manera cruda y real un hecho trágico y sus consecuentes mermas en las relaciones interpersonales de las víctimas (madre-hijos, hermano-hermano, padre-hijo...). Quizá se cebe demasiado en la desgracia y el tremendismo pero, al fin y al cabo, es lo que está contando y además está contado de una manera tan realista que el poso que te deja no sé si es por la cinta en sí o por los mensajes que transmite.
Magnífica interpretación de Jakob Cedergren, un personaje que se hunde cual submarino y que poco hace para no tocar fondo. Un 7 sobre 10.
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