Cuando por cometer algún delito vas a parar a un sitio como Bastoy, una isla en el fiordo noruego, más que tu reinserción social te someterán a duros trabajos físicos bajo una rigurosidad de la que sólo te puede salvar la huida.
Un film que peca de los estereotipos del drama carcelario, pero con sus toques de distinción; sucede en Noruega, los presos son niños entre 11 y 18 años y no sólo luchan contra la severidad del superintendente y sus secuaces, sino también con el invierno frío de esa zona del planeta.
Aunque no es un film notable, sí que es algo más que correcto; la interpretación de los chavales, así como la fotografía y la música te ayudan a llegar al final de la película, un final algo previsible pero muy bien retratado. Un 6'5 sobre 10.
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