La película narra el secuestro del hijo de un famoso presentador de la televisión coreana. Basada en hechos reales.
La trama está ya muy vista en el cine, pero la que más me ha venido a la cabeza es "Rescate" con Mel Gibson. La diferencia que esto no es cine "made in Hollywood", no, es cine surcoreano, te identificas con todos y no te identificas con ninguno, eres un mero espectador al servicio de las imágenes ofrecidas.
Cuando ocurren desgracias que inundan los informativos diariamente, las consumimos con la cercanía que provoca la empatía humana, pero desde la distancia de que eso nunca nos pasará a nosotros. Al menos eso esperamos. El mensaje final de un padre desesperado nos hace plantearnos que, al fin y al cabo, todos somos vulnerables a algún fatal capricho del destino. Un 7 sobre 10.
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