29 de noviembre de 2012

"The banishment". El destierro familiar.

Andrei Zvyagintsev, tras haber obtenido éxito de crítica y de taquilla con "El regreso", el cual supuso se debit, se embarca en un segundo largo donde también podemos ver a una familia desestructurada o por desestructurar, un ambiente misterioso y una música que te mantiene en vilo durante todo el metraje.

En este caso nos habla de un destierro, más que un destierro físico se trata de un viaje hacia el desarraigo familiar. Un matrimonio con dos hijos que no juegan a ser una familia feliz. Todo empeora cuando la mujer le dice que está embarazada.

Si en su primer film fue Mikhail Kritchman el encargado de la que catalogaría como una de las mejores fotografías del cine contemporáneo, ¿por qué no iba a repetir en esta situación?. Vuelve a lograr un ambiente casi incatalogable. Planos generales que parace que vayan más allá de las aristas del plano y abracen la pantalla. De la misma manera que repite en la figura masculina, con un Konstantin Lavronenko espectacular, casi tanto o más que en "El regreso", con un papel algo similar en la rudeza de sus actos y sus gestos. Le sirvió para ganar el premio al mejor actor en Cannes 2007.

Con ganas de devorar su tercer y, hasta el momento último largo titulado "Elena". Tripite Mikhail Kritchman en la fotografía. Cine que por poco ameno que sea, es recomendable al máximo exponente. Un 7'5 sobre 10.

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