Harvey Keitel interpreta a un famoso saxofonista que una noche es herido de gravedad tras un tiroteo producido en el local donde actuaba. La música es su vida, está divorciado y es cuando ve cerca su muerte cuando decide aferrarse a la vida. Se hace con una caja que contiene una piedra azul que provoca una especie de orgasmo amoroso a aquellos que la contemplan. Una piedra tan irreal como parece serlo la relación surgida entre los dos protagonistas, Keitel y una espléndida Mira Sorvino. Ambos interpretan magníficamente sus papeles. Aunque el final es previsible, la forma de desarrollar la trama es tan interesante como desconcertante.
La atmósfera y la interpretación de Keitel evocan al Martin Scorsese de sus inicios. Ignoro si Paul Auster es mejor escritor que director ya que sólo he leído uno de sus libros ("Míster Vértigo") y he visto una de sus películas (ésta en concreto). Supongo que es mejor escribiendo debido a que es más conocido en esa faceta.
En resumidas cuentas se trata de un producto que entretiene, que gusta por sus interpretaciones pero que desconcierta en varios momentos. Se puede ver pero, a la vez, se puede no ver. Un 5'5 sobre 10.
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