9 de septiembre de 2012

"Un feliz acontecimiento". Hormonas en montaña rusa.


Una pareja se conoce en un videoclub y concretan una cita haciendo uso de los títulos de las películas. Una idea ingeniosa.

Quedarse embarazada, un proceso de cambios, de muchos cambios, físicos y hormonales, de espacio y de tiempo...

Tema hecho celuloide en innumerables ocasiones, pero pocas veces lo verás contado de una forma tan natural como aquí. No sólo se nos muestra lo bonito que debe ser un embarazo, sino que también te muestra el desequilibrio hormonal que sufre la mujer y con ello el desequilibrio emocional hacia sus seres queridos. El problema no es que te cambie la vida, sino simplemente no saber adaptarse con ilusión a esos cambios, seguir llevando el mismo ritmo de vida que llevabas antes de esos nueve meses de gestación o ver en tu propio hijo a una especie de ladrón del espacio y del tiempo.

Aunque está repleta de tópicos sobre la maternidad/paternidad, no escucharás más de los que surgieron durante las treinta y ocho semanas más cuatro días de embarazo de tu propia pareja. Eso es así. Parece que todo el mundo (incluido hombres) hayan estado embarazados al menos una vez en su vida.

La película se hace simpática en la gran parte de su metraje. Con cierta comedia y algo de drama. La interpretación de Louise Bourgoin en el papel de Barbara, la futura madre, es natural como la vida misma, como un embarazo mismo. Se come la historia ella solita. Nicolas (Pio Marmaï), su pareja, aunque algo por debajo de ella, su personaje también se hace atractivo. No perder detalle de la madre de ella; pequeña pero brillante participación de Josiane Balasko.

Remi Bezançon, director que ya obtuvo cierto éxito con su inmediatamente anterior "El primer día del resto de tu vida" no nos descubre nada nuevo pero sí lo transmite con una naturalidad que bien agradece el espectador. Un 6'5 sobre 10.

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