Ken Scott, realizador proviniente de la televisión, debuta en el largo con "Starbuck", una película canadiense que parte de una idea algo destartalada pero que la va ordenando y estabilizando conforme se desarrolla el metraje.
David Wozniak, un cuarentón que dedicó buena parte de su adolescencia a la donación de semen, es sorprendido por un gerente de la clínica anunciándole que tiene 533 hijos, de los cuales 142 lo quieren conocer.
Patrick Huard es el encargado de dar vida a Wozniak. Es quizás lo mejor de la película. Su cara está llena de comicidad. La primera parte del film es comedia pura y dura, al estilo cine independiente americano, pero en la segunda mitad da un salto al drama que podría ser reprochable y, si no, es porque sigue teniendo destellos que provocan la risa y, a veces, la carcajada.
Los personajes y ciertos pasajes hacen de esta película una película para pasar un buen rato, no alcanza la perfección, por supuesto, pero sí que deja en el espectador una sonrisita en la cara incluso pasados unos días desde su viosionado. Un 6'5 sobre 10.
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