Radu Mihaileanu ("El tren de la vida", "El concierto"...) convierte una tirste realidad en una bonita y valiente historia en la que trata el papel de la mujer en el mundo musulmán. Estamos acostumbrados a verlas bajo los velos y a la sombra del "siempredominante" hombre. Por eso esta película se atreve enseñándonos el retrato más reivindicativo de la mujer musulmana.
Ellas son las encargadas de cargar con el agua hasta la aldea donde viven hasta que se plantan pidiendo al hombre que le ayude en esas tareas físicamente tan duras. Quieren que sean ellos los que trabajen en la canalización del agua y poder contar con agua corriente. Ante el asombro de los hombres ante dicha petición, ellas se declaran en huelga de amor y/o sexo hasta que ellos se pongan manos a la obra. La condición humana ante la falta del mayor y más carnal de los placeres es desnudada con una sensatez y sinceridad más reales que la vida misma.
Una bella película con grandes diálogos y momentos verdaderamente emocionantes. Me gusta el desparpajo en las interpretaciones femeninas llegando a los límites de la provocación al hombre comparado, metafóricamente hablando, con algo tan diminuto como los insectos.
Sin lugar a dudas estamos ante un gran trabajo que gustará tanto a mujeres como a aquellos que las admiramos. Un rumano a la batuta, una película francesa y una historia sobre musulmanes. Un mezcla que da muy buenos resultados. Un 7'5 sobre 10.
No hay comentarios:
Publicar un comentario