Por mucho que podamos recordar a Anna Paquin como aquella niña que ganó un Oscar por su papel en "El piano" allá por 1994, no me la acabo de creer en este papel en el que encarna a Lisa Cohen, una estudiante neoyorquina de 17 años (Paquin cuenta ya con 30 primaveras). ¿Por qué habitualmente el mejor papel de los "niños prodigio" del cine es el primero?. Supongo que tendrá mucho que ver con el star system hollywoodiense.
El que supone el segundo trabajo de Kenneth Lonergan al mando de la dirección y el guión, no aporta nada. Unas conversaciones exageradamente dilatadas (con razón la palícula dura 150 minutos), más lenta que un día sin pan y una trama que carga de incredulidad al espectador.
A Lonergan le reprocharía el exceso metraje y la falta de una trama más atractiva. Al fin y al cabo han pasado once años desde su debut en el celuloide.
Una cinta que ni siquiera es salvada por las breves apariciones de Mark Ruffalo, Matt Damon y Jean Reno. Un 4 sobre 10.
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