Cuando se sueña con algo y pones la vida en ello, lo alcances o no, lo que sí es seguro es que te habrás sentido vivo, habrás sentido que la vida ha merecido la pena.
Con algunos guiños a "Old boy" (También en este blog) de Park Chan-wook como pueda ser la ambientación y algunas secuencias de acción, "A bittersweet life" puede despojarse de toda evocación y alzarse como una gran película, no única, pero sí grande, no original, pero sí muy bien dirigida (Kim Ji-woon), no equiparable a "Old boy", pero sí muy intensa.
Como su propio nombre indica, la vida de nuestro protagonista Sunwoo (Lee Byung-hun) en el mismo momento que despierta en él un sueño, se convierte en agridulce. Dulce por el anhelo de conseguirlo y agria por todos los obstáculos que debe saltar para lograrlo. Lo que se mueven no son las ramas ni el viento, sino tu corazón y tu mente. Eso reza el proverbio que da paso a la historia. El proverbio con el que se cierra, no lo mencionaré por no quitarle la oportunidad de ser disfrutada por los amantes del thriller coreano. Un 7 sobre 10.
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