Un drama humano suavizado con tintes cómicos sobre la inmigración ilegal. Gente que deja atrás su país natal pensando que llegar a Europa es llegar a la salvación.
Marcel Marx (André Wilms), inmigrante legal, antes escritor de cierta fama y ahora limpiabotas, ha elegido Le Havre, ciudad portuaria de la Alta Normandía francesa, para dedicarse al betún, trapo y esponja y, así, poder estar más cerca de la gente. Su vida se limita a su trabajo, al bar de la esquina y a su mujer, hasta que ésta cae enferma y es ahí cuando se le cruza en el camino un niño negro que ha conseguido escaparse del contenedor en el que venía dejando atrás a sus compatriotas.
La genial interpretación de André Wilms junto con la textura de la imagen, la estética que hace recordar el cine de los setenta y el humor ciertamente ácido, esta película finlandesa dirigida por Aki Kaurismäki, consigue que no te olvides de ese drama humano, sin caer en tremendismos, a la vez que te diviertes con las ocurrencias de Marcel y de otros tantos personajes de la historia, especialmente el del inspector (Jean-Pierre Darroussin). Buena película con mejores personajes. Un 7 sobre 10.
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