28 de julio de 2012

"Like crazy". Binomio transatlántico.

Pocas veces una historia sobre el primer amor ha sido contada tan realista y sencillamente como lo hace Drake Doremus en este buen producto del cine independiente americano. 

A pesar de que una historia de amor entre dos jóvenes es difícil de contar sin caer en pastelismos ni ñoñerías, Doremus lo consigue. Sí peca un poco de los clichés establecidos del cine romántico, pero la belleza narrativa y visual consigue eclipsarlo.

Una pareja de guapa y guapo, Felicity Jones y Anton Yelchin, Anna y Jacob en la historia se enamoran en Loa Angeles. Ella está en la Universidad y él diseña muebles. El problema llega cuando acabada la carrera Anna debe volver a Londres, su ciudad natal. Los momentos vividos juntos y, sobretodo, los sentimeintos mutuos consiguen que esa relación transoceánica no se vaya a pique, aunque bien es sabido que la distancia hace el olvido o es la ¿distancia la que fortalece más aún esos sentimientos de necesidad?. Sea lo que sea y acabe como acabe la historia, merece ser vista. La manera de ser contada, tan sencilla como imprevisible (comparándola con otras pelis de la misma temática que sí son pastelones), la química que surge entre los dos intérpretes y, por extensión, entre los dos personajes y la posición de la cámara situándose en el lugar de un "vouyeur" imaginario hacen de este producto un producto interesante y satisfactorio para el espectador devorador de pastelitos (repito, éste no lo es) y para el amante de productos diferentes. Un 7 sobre 10.

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