¿Quién diría a los hermanos Coen, que tras 25 años del estreno de su ópera prima -quizá una de las mejores óperas primas del cine contemporáneo-, Zhang Yimou, un director chino de renombre, iba a hacer un remake de su "Sangre fácil"?.
Pero no es un remake al uso. Mientras que la "coeniana" era cine negro, un thriller brillante que acabó por convertirse en cine de culto, la de Yimou es un cinta oriental con un humor absurdo e infantil cuyos personajes, aunque a veces acertados, te hacen caer en el aburrimiento.
Tratándose de un film de Yimou, se echa de menos abundantes efectos especiales del tipo de "La casa de las dagas voladoras" y "Hero". Salvando la fotografía, los decorados y tres momentos visualmente brillantes, el resto no hace nada por sumar números a un film extrañamente recomendable. Un 5'5 sobre 10.
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