Seguramente habrá quien no ha oído hablar de Park Chan-wook hasta esta cinta, la que supone su primera incursión en la demoledora industria del cine americano. Para ellos quizá la aparición de Nicole Kidman o Matthew Goode ("Match point", "Copying Beethoven"...) les ayude a plantarse delante de la pantalla; para los que sí habíamos oído hablar del director de "Oldboy" (entre otras joyas), no era necesario conocer el reparto si no al repartidor.
Así que me he plantado delante de la pantalla con el gusanillo de poderme ver defraudado por el cambio de nacionalidad de la película. Pero ha sucedido todo lo contrario. Me he vuelto a sentir más que complacido. Me ha vuelto a sorprender. Me ha vuelto a agradar hasta colocarla entre uno de los mejores films del surcoreano.
La interpretación de Mia Wasikowska como India Stoker, nuestra protagonista, hace diluir tu atención sobre la interpretación de Kidman (muy correcta, por cierto). Su siniestro papel la debería situar en el cine de primera división.
India acaba de perder a su padre en un accidente de coche; era el único que sabía comunicarse con ella, que sabía mantener bajo llave la siniestralidad de su hija. Cuando su tío se instala en su casa, India comienza a darse cuenta de que tiene mucho más en común con él de lo que se imaginaba
El manejo de la cámara adopta otra dimensión con unos encuadres y movimientos que no permiten pestañear al espectador. Una música brillante, secuencias verdaderamente bellas y, sobretodo, un montaje que no deja vacío alguno hacen de "Stoker" un producto de una belleza estética exquisita. Un 9 sobre 10.